Lejos, muy lejos, quedan las percepciones de los videojuegos como un hobby en el que participar en solitario, que reduce al jugador al ámbito de su estancia. Las infinitas posibilidades que han abierto los juegos en línea, ya sea en videoconsolas o en ordenadores, han ampliado el abanico de beneficios que los videojuegos tienen más allá del mero entretenimiento que pueden ofrecer, como demuestra esta publicación en American Psychologist; y eso nos lleva incluso al ámbito laboral.
Los modos multijugador de numerosos videojuegos, como los FPS, las aventuras gráficas o las estrategias en tiempo real, suponen una buena forma de reforzar el trabajo en equipo, donde cada componente puede centrarse en una tarea. Valores como la solidaridad, el compañerismo o la empatía son refuerzos positivos que podemos recibir a través de una sesión, interactuando con terceras personas, o incluso con tus propios compañeros de trabajo, como demuestra este trabajo de Chad Michael Wertley de la Universidad de Lincoln Nebraska.
En ese mismo sentido, cualidades como la extroversión o el liderazgo, pueden ser reforzadas a través de las interacciones que realizamos en la pequeña pantalla, siendo, por ejemplo, jefes de grupo dentro del videojuego u organizando a tus compañeros por sus habilidades. Pongamos por ejemplo un caso como World of Warcraft, uno de los videojuegos multijugador más populares del mundo, en el cual deberás, en la mayoría de ocasiones, buscar alianzas y socios para conseguir tus objetivos, desarrollando así una labor en equipo que puede ser fácilmente trasladada a tu trabajo, como también probó este estudio de la Universidad de Stenson.
Hablemos el mismo idioma
Otra ventaja a la hora de conciliar videojuegos y éxito laboral es la de los idiomas. En el mundo laboral, cada vez más preocupado porque sepamos los máximos idiomas posibles, renunciar a la puerta abierta que millones de jugadores brindan a través de nuestros auriculares sería una locura. Desde el inglés, lengua franca en el mundo gamer, hasta cualquier otra opción, sólo es cuestión de encontrar los servidores adecuados, el juego en red permite al usuario mejorar sus niveles de comprensión oral de una forma amena sin tener que renunciar a la diversión, el leit motiv de los videojuegos.
Esa diversión, trasladada al espacio de trabajo, también es una buena forma de reducir los niveles de estrés que éste nos pueda producir. Según un análisis elaborado por varios investigadores de la Universidad de Florida Central, jugar a videojuegos disminuye el estrés laboral que determinadas profesiones de alta exigencia tienen, recuperando así los niveles previos a estas situaciones de alta tensión.
Además, afortunadamente, no sólo encontramos ventajas laborales en los modos multijugador. Unas pocas horas a la semana también pueden sernos útiles para desarrollar una herramienta muy valiosa a nivel laboral: la consecución de objetivos. Poner el foco sobre tareas en concreto o el no darse por vencido son valores que pueden aumentar nuestra capacidad de resolución, aumentando además nuestra concentración y permitiéndonos enfrentar a contrariedades que nos hagan más resilientes.
Como veis, muy lejos quedaron los tiempos en los que sólo jugábamos al Space Invaders en máquinas arcade y muy cerca está el futuro en red, en el que compartimos sesiones con la totalidad del planeta, y que ponen al alcance de la mano la posibilidad de que nuestra vida laboral también mejore con los videojuegos.