Lejos, muy lejos, quedan las percepciones de los videojuegos como un hobby en el que participar en solitario, que reduce al jugador al ámbito de su estancia. Las infinitas posibilidades que han abierto los juegos en línea, ya sea en videoconsolas o en ordenadores, han ampliado el abanico de beneficios que los videojuegos tienen más allá