Volver del trabajo y compartir tiempo de ocio con los niños es para muchos padres uno de los mejores momentos del día. Salir al parque, ir al cine, tomar algo, leer juntos o jugar a un videojuego forman parte de ese ritual cotidiano de placeres compartidos con los más peques de la casa. En ese último punto, el de videojuegos, vamos a profundizar para que jugar con tus hijos sea divertido y mucho más seguro.
Sea en videoconsola o en ordenador, son muchos los niños que después de hacer sus deberes disfrutan junto a los papás y mamás de un rato de ocio en el que la ciberseguridad, para ti y para ellos, debe estar presente. En un mundo en el que cada vez estamos más conectados, es necesario prestar conocer dónde juegan nuestros hijos y con quién lo hacen. ¿Si en el parque le prestas mil ojos, por qué no hacerlo a través de la pantalla?
Entretenimiento digital y familiar compartido
Pauta tiempos de juego y haz que nunca descuiden el resto de obligaciones que tienen. Además, es recomendable que el espacio del videojuego sea una zona compartida, con sus normas y límites de tiempo: el salón o una sala de estar, donde puedas estar con ellos, es la mejor forma de saber cómo, con quién y a qué juega. Confía en él pero acota un espacio de juego, incluso para consolas portátiles, tablets o smartphones, para que los menores sepan que es un espacio público donde no cabe el aislamiento.
Vela siempre porque juegue con personas de su edad y permanece atento a las conversaciones y chats que se mantienen, ya que en ocasiones existen perfiles falsos que pueden entrañar mucho riesgo. Además, estar pendiente y supervisar este tipo de contenidos, hace que el niño identifique estos comportamientos parentales como algo lógico y normal, no como una intromisión en su intimidad o una forma de fiscalizar cómo juega.
Cuando detectes alguna irregularidad emplea las herramientas de denuncia que los propios videojuegos incluyen para crear un ambiente más seguro.
Control parental: una herramienta que puedes llevar a más
Internet es una ventana abierta a hackers y otros peligros digitales. Sin embargo, puedes ir más allá en la configuración de seguridad de las videoconsolas de tus hijos para que sean aún más seguras. Controlar el gasto, las horas o restringir las funciones de red o desactivar el uso del navegador de la propia videoconsola están disponibles en los ajustes que ofrecen (PlayStation PS4, Nintendo Switch, Nintendo 3DS y Xbox 360). Incluso ofrecen posibilidades de utilizar el Código PEGI, que estructura por edades el tipo de contenidos, para acotar la disponibilidad de unos videojuegos u otros. Algo especialmente práctico si la videoconsola es compartida y hay varios menores de diferentes edades dentro de casa.
Contraseñas fuertes y no reiterativas
La base de este pacto entre padres e hijos viene marcado por la confianza, delegando en él y demostrándole que tiene grados de responsabilidad que has depositado en él. Eso significa también entrar en el mundo de las contraseñas digitales, donde siempre recomendamos que sean suficientemente fuertes para evitar hackeos o phising. Por ese motivo, también se recomienda que las contraseñas -ya sean de correo, bancarias o de cuentas digitales- no se repitan. De este modo, evita passwords como 1234 o los que impliquen los nombres de la familia, aunque sean más sencillos de recordar porque también son más sencillos de piratear.
Así conseguirás que, en el caso de que una sea desvelada, no tengan acceso a muchos más datos tuyos. En ese sentido, es útil también prescindir de las conexiones automáticas y tener que incluir así las contraseñas en la videoconsola cada vez que se utilice. Este sistema, en el caso de que el niño no la conozca, bien sea por edad o para evitar abusos de juego, te permitirá mantener el acceso a la propia videoconsola.
Las compras, gestionadas por ti y siempre desde sites oficiales
Es muy complicado que a través de una store oficial haya riesgos de que tus datos bancarios puedan ser robados o hackeados, el temido phising. Sin embargo, los ordenadores y los teléfonos móviles están más expuestos a descargas ilegales que en muchos casos pueden ser maliciosas. Por esta razón siempre debe haber un antivirus, también en smartphones y tablets, para no arriesgarnos. Ten en cuenta que los menores no son tan conscientes de los peligros digitales y pueden hacer clic en contenidos maliciosos sin querer.
Para aumentar esa barrera de protección y evitar también compras indeseadas, siempre es importante que los videojuegos que adquieras de manera digital lo hagas tú personalmente, procurando no dejar los datos de compra guardados en la store. Así, conseguirás que, por mal uso o por equivocación -los niños no siempre son conscientes en las compras digitales-, no haya riesgos de gastos excesivos.
Estos matices son especialmente relevantes a la hora de adquirir contenidos digitales, ya que al no ser físicos, algunos menores pueden pensar que son libre acceso. Del mismo modo que pueden comprar un chicle o una fruta, siendo conscientes del valor físico de un producto, deben ser conscientes de lo que implican los gastos digitales. Por esa razón, es importante que hagas entender a los niños el valor del dinero digital y que, aunque no vea la transacción o el disco, hay un gasto y que comprar a través de la red no significa que los videojuegos sean gratuitos.