Fortnite, un nexo entre videojuegos y literatura en las aulas

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Hablar un lenguaje común y demostrar cercanía son dos valores que la comunidad educativa siempre ha perseguido para mejorar la enseñanza. Dinamizar y hacer accesible la educación, sin renunciar a la calidad, son caminos hacia los que se orientan profesores y educadores de toda España, sosteniendo una conversación con el alumno que se fragua también entre elementos comunes.

La tecnología, el mundo de los videojuegos y las virtudes que las nuevas IT son puntales sobre los que crear esta convivencia académica renovada, en la que se rema en una misma dirección y se liman las diferencias, casi inherentes, a la relación profesor-alumno.

Fortnite para trabajar Lengua y Literatura

De ello hablamos con Cristian Olivé, profesor de Lengua y Literatura en la Escola Joan Pelegrí de Barcelona, que ha conseguido enraizar Fortnite, el videojuego de moda, con su asignatura. Ahí es donde entra la novela [y posterior película] Battle Royale, cuya distopía sirve de base para crear el sistema en el que se basa Fortnite, y que se estrenó mucho antes de que los alumnos de Cristian hubieran nacido.

Cristian Olivé, profesor de Lengua y Literatura en la Escola Joan Pelegrí de Barcelona

A través de las letras, Cristian ha conseguido que dos historias en común, la de Fortnite y la del origen de Battle Royale, se vinculen y los chavales encuentren nexos entre ambas, creando así un refuerzo positivo, didáctico y divertido con el que involucrarse más en clase.

La idea surgió, en parte, del propio alumnado, nos cuenta Cristian. “Mis alumnos llevan tiempo tentándome para que les preparara una actividad relacionada con él”, asegura. “Me puse a investigar sobre el universo Fornite y descubrí que se inspiraba en una novela japonesa de corte distópico y una cosa me llevó a la otra”, comenta.

Un descubrimiento que además entronca con la ruptura de tópicos sobre el mundo digital y los prejuicios que sobre ellos caen, como podría ser también la aplicación o uso de videojuegos didácticos, o el buen uso de pantallas en los centros. A ello también se refiere Cristian, concienciado como profesor de Lengua y Literatura, cuya misión también es acercar la lectura a los niños.

Tenemos que educar desde la normalización y el fomento del buen uso de las nuevas tecnologías

Cristian Olivé

“Que lean en papel o en digital no resta, sino que suma”, sostiene “Todavía hay temor a lo digital en los centros y lo entiendo porque genera dolores de cabeza” confiesa – “Tenemos que educar desde la normalización y el fomento del buen uso; no desde la prohibición”.

Una forma de acercarse a la enseñanza que también permite que los alumnos puedan escoger los géneros que más les interesen. “Algunos necesitan una guía de propuestas, pero otros simplemente necesitan que no se les juzgue por lo que leen”, reivindica. “Suelo proponer actividades que fomenten el proceso de lectura y lo vivan como una experiencia emocionante”, matiza. “Les he pedido que convierta en protagonista del libro a un influencer de Instagram; que se realice un escape room con la trama de una novela o que adapten un fragmento del libro como si fuera un clip de Netflix”, confiesa con orgullo.

Una realidad que tiene mucho que ver con la creatividad y también con el respeto al alumno. “Cuando estoy en clase no pierdo de vista lo más importante: son personas con distintas inquietudes, con objetivos dispares y personalidades infinitas. Tienen que explotar sus virtudes para separar sus carencias, y llegar a clase y que no sepan qué va a suceder les genera sorpresa y entusiasmo”, afirma.

Una realidad que se hace más accesible a través de un mundo digital con el que los niños están cada vez más familiarizados y que ha revertido el paradigma educativo en la forma pero no en el fondo. Una ventaja añadida que Cristian explota en clase hablando un lenguaje común al alumnado pero sin perder de vista nunca los objetivos didácticos. El resultado es una clase motivada, un profesor contento de su trabajo y la consecución de objetivos de una forma amena.