Desde hace décadas, la NASA y otras agencias espaciales internacionales están empeñadas en buscar vida extraterrestre con el convencimiento de que no estamos solos en el universo. Un axioma lógico, teniendo en cuenta la extensión de éste, y la cantidad de galaxias que en él se alojan. Puede que si algún día los encontramos, no sean físicamente como nosotros, pero sí posiblemente estos denominados “alienígenas” algunas características que si les acercan.
Un videojuego para potenciar la empatía
Esa premisa es la que han desarrollado desde la Universidad de Wisconsin-Madison con Crystals of Kaydor, un videojuego enfocado a desarrollar la empatía de los escolares. Ubicado en un planeta remoto y completamente inventado, el protagonista de la historia deberá aterrizar allí, cuyos habitantes, a pesar de tener ciertos rasgos humanoides, son alienígenas. Desconocemos su idioma pero sí conocemos, a través de sus facciones, los sentimientos que estos personajes sienten, que es donde comienza la tarea empática del jugador.
Miedo, alegría, tristeza o ira son sólo una pequeña parte del abanico de sensaciones que el interlocutor puede mostrar, permitiendo que los jugadores avancen en la partida en función de cómo se comporten con el recién presentado alienígena. La teoría que se ha querido comprobar, más allá del mero uso lúdico, establece que este tipo de habilidades emocionales son entrenables y que los usuarios que participaron en Crystals of Kaydor mostraban una mayor conectividad en las redes neuronales que los que utilizaron otro videojuego de control.
Divididos en dos grupos de 75 niños y jóvenes de entre 8 y 18 años, el estudio corrobora que es posible aprender a ser más empático a través de nuestra relación con según qué tipo de videojuegos, apartando el mantra de que los juegos son aislacionistas y que sólo perpetúan conductas negativas.
De esta forma, los investigadores han comprobado cómo de precisas son las identificaciones de emociones que los chavales reconocían en su interlocutor virtual, demostrando que los videojuegos también pueden contener un componente práctico que tenga relación con la sociabilidad. Tradicionalmente asociados a comportamientos solitarios y egoístas, este trabajo consolida la corriente que durante los últimos años ha insistido en los beneficios que los videojuegos pueden tener.
Socialización y empatía, claves en el desarrollo cognitivo de los menores
Desterrado ya el pensamiento único, que consideraba solamente ocio al sector, la realidad es que el buen uso de los videojuegos y sus aplicaciones educativas, ya sean dentro de la escuela o fuera de ella, pueden ser traducidas en ámbitos muy diversos. No hablamos sólo ya de videojuegos en los que perfeccionar nuestras habilidades motoras; nos trasladamos a un peldaño superior en el que la socialización y la empatía, claves en el desarrollo cognitivo de los menores, son claras protagonistas.
La enseñanza de estos valores a través de un formato accesible y divertido supone además una nueva puerta abierta para este carácter didáctico del que este videojuego es un buen ejemplo. Desarrollado de manera conjunta en la Universidad de Wisconsin-Madison e investigadores de la Universidad de California, Crystals of Kaydor es la prueba fehaciente de que la tecnología del mundo del videojuego, convenientemente aplicada, puede tener beneficios sobre la forma de relacionarse que los jóvenes tienen.