Desde 2005, Fundación Universia trabaja para conseguir la igualdad de oportunidades en personas con discapacidad fomentando la inserción en el mercado laboral y universitario. Impulsada por Universia, la mayor red universitaria del mundo, esta entidad apuesta por la inclusión educativa y social.
En esta labor, el mundo de los videojuegos y la realidad virtual cobran especial importancia. De ello nos habla Paloma de Andrés, directora de Proyectos Globales dentro de la Fundación. “La tecnología toma un papel muy importante en la inclusión de personas con discapacidad en cualquier ámbito, ya sea la educación, el empleo o incluso el ocio”, asegura.
“La tecnología toma un papel muy importante en la inclusión de personas con discapacidad en cualquier ámbito, ya sea la educación, el empleo o incluso el ocio”
Paloma de Andrés, directora de Proyectos Globales de la Fundación Universia
“Es importante que el mundo de la tecnología también sea inclusivo con todas las personas que componen la sociedad si queremos que ésta también sea inclusiva”. Universia tiene como misión ser “palanca de transformación en temas de diversidad e inclusión” poniendo el foco en tres principales ejes: “acceso y accesibilidad, Educación y Empleo y Emprendimiento”.
Videojuegos e inclusión
Una realidad en constante cambio y de la que la sociedad es cada vez más consciente. Es el caso del videojuego Downtown, donde se recrea una experiencia de una persona con Síndrome de Down en el metro basada en realidad virtual. “Nos parece muy interesante cualquier iniciativa que ayude a las personas con discapacidad, superando el paternalismo con el que se ha tomado a esta parte de la población durante mucho tiempo”, afirma.
Hay videojuegos que “ayudan a personas con discapacidad a normalizar situaciones para luego sentir seguridad y autonomía en situaciones reales”
Paloma de Andrés
Una tarea en la que la realidad virtual de los videojuegos tiene una utilidad bidireccional. “Por un lado, ayudan a personas con discapacidad a normalizar situaciones para luego sentir seguridad y autonomía en situaciones reales”, enfatiza. En el otro, “ayuda a recabar información acerca de los problemas o retos con los que se encuentra una persona con discapacidad en el entorno virtual”. Posteriormente, y gracias a la información recabada es posible “implementar soluciones en el entorno real, haciendo que éste sea más inclusivo”.
Una comunidad gamer para todos
La inclusión alcanza al aspecto lúdico, permitiendo que los divertimentos nunca diferencien a personas con discapacidad o sin ella. Es el ejemplo del Xbox Adaptive Controller, un control adaptativo personalizable según las capacidades del jugador. “El mando se puede configurar según necesidades y preferencias, además de añadir periféricos que se pueden colocar en cualquier lugar o accionar con cualquier parte del cuerpo”, indica. Una realidad de ocio que implica a cada vez más personas y que aporta luz al sector ya que “el mundo de la discapacidad es muy diversos y cada persona tiene distintas necesidades”.
El resultado es la democratización aún mayor del universo gamer, porque “muchas personas con discapacidad se habían resignado durante mucho tiempo a jugar”. Ahora el paradigma ha cambiado: “son los programas los que se adaptan a las personas con discapacidad y a todos los jugadores, permitiendo que así todos juguemos”, cuya principal virtud es “romper las barreras sociales”.
“El mundo de los videojuegos es extenso y lleno de posibilidades. A las personas con discapacidad les brinda la oportunidad de moverse en distintos ámbitos”
Paloma de Andrés
Esa premisa, marcada a fuego dentro de Universia, se traslada tanto al panorama laboral como meramente social, donde el videojuego puede cobrar importancia para reducir esa distancia. “Es fácil sentirse dejado de lado en relación al grupo cuando no puedes hacer lo mismo que tus pares”, considera. Una problemática que desde el mundo gamer y con la colaboración de entidades como Fundación Universia se va haciendo menor, aunque quede mucho trabajo por delante. “La comunidad gamer es muy amplia y el mundo de los videojuegos es extenso y lleno de posibilidades. A las personas con discapacidad les brinda la oportunidad de moverse en distintos ámbitos, conocer a gente con los mismos intereses y de crear sociedades inclusivas en las que juguemos todos”, asegura.
Romper barreras y acabar con tabúes
Se abre así un horizonte de beneficios en los que la integración se demuestra desde la implementación tecnológica y en mayor accesibilidad del videojuego. “Las actividades y entornos inclusivos ayudan a que las personas sean inclusivas. Tanto en aprendizaje como en ocio, en ambos casos se rompen barreras educativas, laborales y sociales”, insiste. Una realidad en la que se ha prestado mucha atención a las barreras físicas y “se tiende a dejar más de lado las barreras sociales”.
“Los videojuegos pueden resultar un gran medio para romper esas barreras”
Paloma Andrés
Durante el IV Estudio Universidad y Discapacidad, se comprobó que “ la accesibilidad social es una de las mayores preocupaciones del colectivo”. Es en este ámbito donde “los videojuegos pueden resultar un gran medio para romper esas barreras”.